Un final anticipado
Por Ignacio Augusto - Ecos Diarios
“Creemos que cuando pase el carnaval, la temporada terminó”. La frase pertenece al operador hotelero Eduardo Otero y fue publicada por Ecos Diarios hace un par de semanas. Hoy, aquel presagio parece haberse convertido en realidad.
Después de una gran temporada de verano 2022/2023, muchos estaban esperanzados en que este año la situación se podría repetir y, por qué no, hasta mejorar. Pero la realidad económica del país, de la cual Necochea no está exenta, pasó factura y aquello que podía ser, finalmente no ocurrió.
Tras el balotaje de noviembre, y la asunción de Javier Milei como presidente de la Nación, la economía del país entró en un espiral que atentó, fundamentalmente, con el día a día de aquellas personas que suelen veranear en Necochea: la denominada “clase media”.
Aquellas familias que todos los años tenían un pequeño ahorro y los disfrutaban en la mejor playa argentina, esta vez se cuidaron de gastar de más y es produjo que las estadías fueran cada vez más cortas o, en muchos casos, no recorrieran cientos o miles de kilómetros para llegar hasta aquí.
Sabido es que nuestra ciudad es muy elegida por la zona cuyana (Mendoza y San Juan), pero el valor de la nafta ya no es el mismo que la temporada anterior y un “viajecito gasolero” en familia se volvió una salida con un costo elevado para muchos.
La condición climática también atenta contra nuestro destino. Si bien se vivieron muchos días de calor intenso, que ayudaron a que los números para el sector no fueran aún peores, los días de menor temperatura y alguna lluvia esporádica afectó a la llegada de los visitantes, al menos aquellos que tienen que recorren menos kilómetros.
Un promedio bajo
Los números hablan por sí solos. Según el relevamiento oficial que realiza la Secretaría de Turismo y Producción de Necochea, durante la primera quincena de enero, la ocupación en cabañas y hoteles de entre 1 y 4 estrellas apenas alcanzó el 73 por ciento.
Aquí hay que hacer una salvedad: el municipio no cuenta con un registro real de alquileres de viviendas, departamentos o privados que ponen sus casas a disposición de turistas. Esta falencia, por supuesto, afecta considerablemente el número real de la cantidad de visitas que puede haber tenido la ciudad.
Pero ese 73 por ciento de la primera quincena, en realidad durante los días de semana bajó hasta un 50, según la palabra del propio encargado del área, Matías Sierra. “Por debajo de los niveles que estábamos trabajando el año pasado y el anterior”, afirmó el funcionario.
El momento de mayor movimiento turístico, siempre hablando de datos oficiales, fue el fin de semana del 19, 20 y 21 de enero. Durante ese lapso (solamente tres días), la ocupación alcanzó el 83 por ciento y fue sumamente celebrada por el Ejecutivo local.
Durante ese fin de semana, de intenso calor, se desarrolló la Feria de las Colectividades. El evento gastronómico y cultural fue, sin dudas, uno de los atractivos más importantes del verano para el sector de la Villa balnearia. Más aún con la decisión, errónea al parecer, de trasladar el Festival Infantil a la plaza Dardo Rocha, lo que generó que a los turistas no les resultara atrayente movilizarse hasta el centro y, por ende, se pudo observar menos gente que la habitual en cada una de las jornadas.
En febrero, la situación no cambió. En diferentes notas realizadas por Ecos Diarios, fueron los propios hoteleros, comerciantes y gastronómicos de la ciudad quienes hablaron de menos turistas que en años anteriores.
Incluso, en una reunión con el Departamento Ejecutivo, llegaron a solicitar que se decretara la “emergencia turística”, con el objetivo de poder optimizar algunos recursos y, a la vez, poder evitar pagar algún tributo municipal o provincial. Sin embargo, eso no ocurrió.
Las palabras que dan inicio a este comentario se convirtieron en realidad. El fin de semana de Carnaval se registró, siempre hablando de números oficiales, un promedio de 90 por ciento de ocupación y eso fue el final de la temporada.
No hay que descartar, por supuesto, que el comienzo de clases siempre suele ser un factor a tener en cuenta. Pero también es cierto que eso ocurre todos los años y no por eso la cantidad de turistas merma.
Mejores servicios
Un dato sumamente positivo fue lo ocurrido en Quequén. Los edificios nuevos, sobre la avenida 502, y la renovación de un paseo comercial potenciaron al lugar.
La Revista Noticias, por ejemplo, se animó a titular como el nuevo “lugar cool” de la Costa Atlántica, enfocada en la gran cantidad de personajes famosos de Argentina que visitaron la localidad durante este verano.
Esto, también marca un contraste con Necochea. ¿Qué cambió en la zona turística de nuestra ciudad de la temporada anterior a la actual? La respuesta parece bastante sencilla: muy poco, prácticamente nada. Algún emprendimiento privado, sobre la Peatonal 83 o en otro sector, pero no mucho más.
El Complejo Casino continúa arruinándose día a día, a tal punto que los propios turistas que pasaban por el lugar se detenían a sacarle fotos y recordar aquellos que fue. Esas fotos, que luego son distribuidas en redes sociales y grupos de familiares y amigos no colaboran para nada con el proyecto turística de esta y cualquier ciudad.
Frente al Casino, el casi desmantelado “Balneario del ACA” tampoco es una de las “bellas postales” que le podemos ofrecer a quien nos elige para vacacionar.
La ciudad necesita, imperiosamente, volver a tener un desarrollo privado, acompañado por el Estado municipal, para potenciarse. Renovar su cara y, de esa manera, darle más fuerzas a las bondades naturales que tenemos.
La costanera de Quequén parece ser el puntapié y el Norte a seguir. Edificios modernos, de mayor categoría, con más valor comercial y servicios fueron los más elegidos por los visitantes. Con ese objetivo debemos trabajar todos.
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