La política piensa en cómo llegar, no en cómo gobernar
Ante los grandes y graves problemas que enfrenta la Argentina, la política debería retomar e la planificación y formación de equipos
Cristina Fernández de Kirchner es parte de un gobierno que niega. Mauricio Macri es el gestor de un gobierno –el suyo–, que finalizó con más desocupación, inflación y endeudamiento que el que recibió. Estos ex presidentes flirtean con una candidatura presidencial –seguramente no nata–, pero están logrando la centralidad necesaria que los habilita a cualquier jugada.
El debilitamiento político en cuanto a lo que ambos supieron tener, es notorio. Los índices de rechazo hacia ambos, también.
En el caso de Cristina de Kirchner, se puede pensar que tanto alentar un posible tercer mandato presidencial, de no intentarlo, sus seguidores podrán desilusionarse. Difícil, dado que el nivel de magnetismo que genera en sus seguidores, junto a una explicación ligada a una estrategia política, lo impediría. En el caso de Mauricio Macri, es más complejo, porque especialmente Patricia Bullrich subsumiría a los seguidores del ex presidente y hablaría por él y cómo él.
En el caso de Cristina de Kirchner, no hay un candidato que le dispute de igual a igual: es ella.
Disfraces
Lo notorio en ambos dirigentes políticos es el invento sobre el que trabajan para disfrazar los fracasos. Macri dice: “Haría lo mismo, pero más rápido”. Cristina Kirchner promete la esperanza de una vida mejor en un futuro gobierno, anunciándolo (acto en La Plata) en el ejercicio de la presidencia de su actual gobierno.
La diferencia entre Cristina Fernández y Mauricio Macri, en cuanto a la base de sus adhesiones, es, en el primer caso, quienes la siguen, aman e idolatran. Y la aceptan sin cuestionamiento, podría hablarse de un marcado fanatismo. En el segundo caso, sus seguidores aparecen más con un marcado sentimiento antiperonista que de veneración hacia su liderazgo. Esto hace que otro dirigente pueda quedarse con su base de adhesión, como, por ejemplo, Patricia Bullrich.
Ahora bien, puede y debe analizarse la hipótesis en la cual ambos ex presidentes sean candidatos y se enfrenten en el 2023. La gran pregunta es, entonces, ¿qué le espera a la Argentina?
Sin pensar en el futuro
La política gasta y se desgasta para llegar al poder, pero no piensa el futuro. Es decir, no piensa en gobernar. No hay anticipación estratégica política, y cuando se llega a los problemas del corto plazo apilados uno sobre otro, agobia a los gobiernos, a los gobernantes que tratan cual bomberos de trabajar sobre las emergencias y hastían a la sociedad.
Ante los grandes y graves problemas que enfrentan Argentina y el mundo, debiera la política retomar el camino de la planificación y la formación de equipos, como alguna vez los tuvo, solo hay que escuchar al Dr. Carlos Leyba. Esto se dio hasta el inicio de la última dictadura. Lo extraño es que a cuarenta años de recuperada la democracia, no se haya pensado en la necesidad de reponerlos.
Otro gran capítulo tiene que ver con la motivación de los jóvenes hacia la política. Estamos conociendo la razón del alejamiento de muchos de ellos abrazando la anti política.
En Santa Fe, sin candidato ni a gobernador ni a intendente de Rosario, trabajos serios le adjudican una porción del 18% a Javier Milei. ¿Qué provoca esta situación? A grandes rasgos: el ver que los partidos políticos se convirtieron en máquinas de poder y que quienes los representan solo pretenden llegar sin planteos que incluyan visiones y estrategias que permitan albergar una esperanza en el futuro que los contengan.
Lo verde y lo digital
La semana pasada, un sector importante de intelectuales europeos, luego de dos días de interacción, dejaron planteado los desafíos gemelos para el viejo continente: lo verde y lo digital. Es decir, cambio climático e inteligencia artificial. A Latinoamérica se le deben agregar un par de desafíos más: sostenimiento y fortalecimiento democrático y el respeto de los derechos humanos, la reducción de la pobreza y las desigualdades, conjuntamente con un proceso innovador en educación y en ciencia y tecnología.
Manes saldrá al ruedo
Dado que las PASO gozan de buena salud, Facundo Manes está en proceso de reestructuración de sus equipos y cronogramas –ha contratado como asesor de campaña a Sergio Doval–. Manes está decidido a avanzar en su candidatura, cree que hay un espacio de centro no ocupado en Juntos por el Cambio, donde él siente que está su potencialidad.
Una de las personas más allegadas expresó ante analistas políticos: “Este es el camino, mucho más si el candidato del PRO es Macri, como parece ser en el final de esta película”. Se lo escuchó dando un discurso que generó expectativas entre los presentes en el Congreso que realizó Margarita Stolbizer.
Luego, a los organizadores les dijo: “Yo voy igual como candidato a Presidente”. Esta definición de Manes entusiasma a un sector del radicalismo que está convencido de que Gerardo Morales intenta acumular apoyos para terminar siendo el candidato a vice de Rodríguez Larreta, jugada que al senador Lousteau le satisface porque con el paraguas de Rodríguez Larreta jugaría en CABA para ser candidato a jefe de Gobierno. De esta forma, Facundo Manes quedaría como bastión dentro de la UCR para ser presidenciable. Se conoció un documento de parte del Movimiento Nacional de la Militancia Radical titulado “Contrato Social y Frente Programático”, integrado por “viejos y nuevos radicales que hemos aprendido de nuestra experiencia partidaria pero también institucional”.
Están convencidos en trabajar para la construcción de una nueva mayoría y lo harán en las presidenciales tras un proyecto que exprese e interprete las ideas de Alfonsín y el Tercer Movimiento Histórico, representado –según ellos- por Facundo Manes.///
Por María Herminia Grande- Periodista y escritora