En el “Laberinto de Creta”
Por Ignacio Augusto
Ecos Diarios
“El laberinto de Creta” es, en la mitología griega, un sitio construido por Dédalo para esconder al Minotauro, una bestia mitad hombre y mitad toro que fue encerrado en él por orden de Minos.
El Minotauro era hijo de Pasífae y el Toro de Creta. Durante muchos años, siete hombres y siete mujeres eran llevados al laberinto como sacrificio para ser el alimento de la bestia, hasta que la vida de este terminó a manos del héroe Teseo. Los catorce jóvenes eran internados en el laberinto, donde vagaban perdidos hasta ser encontrados por el Minotauro.
La historia cuenta, además, que cuando el creador del laberinto, Dédalo, cayó en desgracia, junto a su hijo Ícaro, fue encerrado en el mismo lugar, con la clara intención que el Minotauro se alimentara de ellos. Sin embargo, éste construyó para sí y para su hijo unas alas de cera con las que, salvando los muros de la extraña prisión, se remontaron sobre el Mediterráneo. Ícaro, desobedeciendo los consejos de su padre, voló tan cerca del sol que los rayos derritieron la cera de las alas, y cayó en el mar.
Desde hace ya varios años, el transporte público de Necochea se ha convertido en el Minotauro que habitaba el “Laberinto de Creta”, lugar del que no puede salir nadie de los que ingresan.
Haciendo un repaso de lo que ha sucedido en los últimos meses, cabe recordarse que, en mayo de 2023, las empresas se habían presentado ante el Cuerpo deliberativo y entregado en mano un estudio de costos. Aquel papel, establecía que la tarifa del boleto plano debía costar, a su entender, $607,36. Como era de esperarse, los concejales no sólo quedaron perplejos ante el número presentado por las empresas, sino que volvieron a “patear el tema hacia adelante” y nunca resolvieron la cuestión de fondo.
Si bien se creó una nueva comisión dentro del seno del Concejo, dándole intervención también al Departamento Ejecutivo para “analizar” el pedido de las firmas locales y también se le dio facultad al municipio para que firme un convenio con la Universidad Nacional del Centro de la Provincia (Unicen), a fin de que se realice un estudio integral del sistema para luego brindar un incremento en la tarifa, aún hoy el convenio no fue rubricado por ninguna de las partes. Si bien se habla en los pasillos de que existe un “borrador”, los concejales no han podido ni siquiera verlo. Obviamente, el estudio sobre el sistema de transporte público de pasajeros aún no se empezó a realizar.
En el medio, como siempre, los usuarios. Aquellos que todos los días deben subirse a un colectivo, en algunos casos sucios, con ventanillas abiertas en invierno que no se pueden cerrar, y que prácticamente deben “acertar” el horario por el que deben pasar pos las diferentes paradas, ya que nadie controla la frecuencia que está estipulada en la ordenanza regulatoria.
¿Es cierto que en las ciudades cercanas el boleto hoy es más caro? Sí, porque en algunos casos ya se les brindó una recomposición en su tarifa. ¿El servicio en esas ciudades es mejor? Seguramente, porque los colectivos son más nuevos (aquí el modelo más moderno es de 2013) y el Estado, posiblemente, controle con más rigor a las empresas concesionarias.
A conciencia
Pero más allá de eso, la realidad es que las empresas locales necesitan una suba en el valor del boleto plano. Pero la discusión no puede detenerse solamente en ese punto… en la punta del iceberg. Por debajo, el sistema necesita ser estudiado a conciencia, por profesionales en la materia.
Se debe entender cuál es la verdadera situación de las dos empresas que prestan el servicio, porque en el estudio de costos que presentaron, por ejemplo, no se incluye ningún ingreso de dinero por fuera de lo que reciben de cada usuario que sube y pasa su tarjeta SUBE y los subsidios que le brindan (¿seguirán?) el Estado nacional. ¿Acaso los viajes que hacen los colegios de la ciudad cuando salen de excursión no los cobran? ¿Las publicidades que se ven en sus lunetas traseras son gratuitas?
El Ejecutivo ha informado que les transfiere alrededor de 2 millones de pesos por el traslado de los alumnos de diferentes escuelas que utilizan el servicio de Boleto Estudiantil Gratuito. Ese dinero, tampoco fue parte del estudio que le presentaron a los concejales.
En Mar del Plata, por citar un ejemplo, existe un estudio de costos y una fórmula polinómica ya establecida. Ante el pedido de recomposición que hacen las empresas, éstas deben completar el mismo y luego, el Departamento Ejecutivo que conduce Juntos por el Cambio, con Guillermo Montenegro, a la cabeza, dispone el precio final que deberá pagar el usuario.
Aquí, la potestad de aumentar o no el boleto plano es del Concejo Deliberante. Sin embargo, a través de su propio bloque, el intendente Arturo Rojas también puede definir en la cuestión. En las últimas semanas, el Concejo envió al Ejecutivo un proyecto para declarar la emergencia del sector, pero hasta el momento tampoco hay definiciones.
Modernización
Si observamos la Ordenanza de referencia de la concesión del transporte público de pasajeros, que data del año 1993, podemos ver que los recorridos de los micros son prácticamente los mismos. Si bien ha habido algunas modificaciones e incluso la apertura de alguna nueva línea, los colectivos pasan prácticamente por los mismos lugares desde hace unos 30 años.
En muchos casos, la frecuencia sí ha sido modificada. Pero tampoco hay que ser un erudito para darse cuenta que los horarios, en muchos casos, no se cumplen y en otros no tienen sentido de ser. Si uno se para en el microcentro, puede ver cómo pasan entre 6 y 8 colectivos prácticamente juntos, a la par. Después, hay que tener mucha paciencia para volver a ver esa situación.
Sin dudas, un tema que debe ser analizado y luego modificado es el de los recorridos y sus respectivos horarios. Hoy, hay barrios enteros donde no llega ninguna de las dos empresas. Incluso, son muchos los vecinos que deben caminar más cuadras para poder tomar un colectivo, que las que luego transitan arriba de éste.
La ciudad de Necochea ha crecido, sosteniblemente, hacia el Suroeste. Sin embargo, ni la Compañía de Transporte Necochea ni Micro Ómnibus Nueva Pompeya llegan con algún servicio. Pareciera que el límite de la ciudad es la intersección de las avenidas 91 y 10.
Aquellos habitantes que viven hacia el sector de los campings, Villa del Deportista o Villa Zabala, directamente no cuentan con el servicio. Incluso, hay clubes deportivos en esa zona, pero el colectivo tampoco llega a los mismos.
Durante la temporada estival existe una línea que llega hasta el sector de los campings gremiales. Tiene solamente dos frecuencias: sale de 2 y 79 a las 10.30 y 17 y regresa desde Las Grutas a las 11 y 17.30, respectivamente.
¿Todos los vecinos que viven allí poseen automóvil? Tal vez, podría ser una oportunidad para las empresas de obtener más ingresos, al menos con alguna unidad que realice un recorrido más corto, sólo hasta la zona de la Villa balnearia y allí, con un transbordo, luego el vecino puede ir hacia otro sector.
Lo mismo ocurre en Quequén, en la zona de la playa particularmente. Allí, la última parada del colectivo “azul” está dispuesta en Pinocho, pero la ciudad sigue creciendo hacia Bahía de los Vientos. Aquellos que viven hacia el sector de Costa Bonita, por ejemplo, tampoco cuentan con un servicio de transporte público. ¿Allí también todos sus habitantes tendrán vehículos para movilizarse?
Es hora de que tanto el Estado municipal como el Cuerpo deliberativo comiencen a tratar al sistema de transporte público de pasajeros como lo que es: un servicio público. No un grupo de empresas que deben ganar dinero, sino que deben atender una necesidad para lo cual les fue concedida dicha explotación. También los empresarios deben tomar cartas en el asunto.
Para alimentar a aquel Minotauro de la mitología griega, se sacrificaba a 14 personas… aquí, el sacrificio lo hacen todos los usuarios, que día tras día ven que las tarifas suben y el servicio no ofrece las respuestas necesarias.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión