El sueño de la casa propia dejó de ser una prioridad para la gente
Las costumbres han cambiado, los objetivos primarios son otros, y la idea del techo propio ha quedado postergado por diferentes motivos. La ausencia de crédito hipotecario juega como factor de desmotivación.
“Primero el techo, después el auto”, casi que era una frase que nos repetían nuestros padres y abuelos durante los primeros años que comenzábamos a contar billetes y monedas, cuando hacíamos nuestros primeros palotes en el trabajo. Y de ahí muchos de nosotros lo íbamos repitiendo, como evangelizados de que era un mandamiento que había que respetar, pero que con el transcurrir del tiempo se quebró. Hoy en día lo vemos a diario, los “nonos” suelen preguntar ¿Cuándo vas a echar raíces?, nuestros viejos consultan ¿Se van a casar? Claro todos esos condimentos eran parte del combo que llevaban a que uno formara una familia y casi automáticamente llegaba la casa propia.
Las costumbres, las diferentes culturas que han influido en nuestra sociedad y los avatares económicos que ha sufrido nuestro país, el anhelo de tener una propiedad quedó claramente postergado, por tratarse casi de una utopía. De esta manera las nuevas generaciones ya casi no se lo plantean y ponen por delante otros objetivos, a los que en algún punto no están dispuestos a renunciar, por querer disfrutar de la vida, de ciertas libertades que con la conformación de la familia ya no se podría. Aunque vale decir, también, que a medida que transcurren los años algunos mutan en su pensamiento y comienzan a pensar en el hogar familiar.
No caer en el reduccionismo de lo económico
Para Sebastián Sarasibar, martillero profesional, casado con Silvina y padre de dos mellizas pequeñas, pensar en el hecho de que ya no se piense más en poder comprar una casa y atribuirlo al tema económico es dejar de lado otras variables. “Sería reduccionista decir que el eje central pasa porque no hay créditos hipotecarios y producto de eso se ha perdido como objetivo la casa propia. Es cierto que debido a eso la gente ya no tiene a ese tema como principal, sino que ahora su norte es alquilar”. Hurgando más en sus fundamentos, el profesional inmobiliario fundamentó su opinión diciendo que “yo creo que se han roto ciertos paradigmas que teníamos antes como era el de formar una familia. En ese sentido a los 20 y pico años debíamos tener todo constituído, donde algunas veces éramos nosotros mismos los que nos presionábamos”.
Uno de los puntos claves que han modificado a la sociedad tiene que ver con el mundo laboral y profesional. “Hoy el mundo del trabajo ha mutado muchísimo, entonces las parejas suelen tener objetivos distintos al que se tenían hace mucho tiempo. Con lo cual producto de las últimas cosas que hemos vivido, nos ha llevado a pensar más de manera individual que colectiva. El tema de formarse como profesional, crecer en el ámbito, o bien tener el deseo de querer viajar, hizo que el proyecto de la casa propia pase a un segundo plano, pero lógicamente, igual, es muy fuerte el hecho de no tener crédito hipotecario. De existir, yo creo que haría repensar un poco a los jóvenes”.
“Pensándolo, hoy, desde otro lugar empieza a tomar forma el deseo de la casa propia”
Para Juan Marcenac, licenciado en administración de empresa, empleado en una conocida empresa agropecuaria y a su vez uno de los dueños de carnicerías “Lo de Marcenac”, hasta hace un tiempo no estaba en sus prioridades el de encarar la compra, o por lo menos proyectar, de una vivienda. “Desde mi punto de vista, comprar una casa significaba movilizar un montón de plata, porque es imposible tenerla ahorrando. En estos momentos puede darse sí es que heredaste una propiedad o bien pudiste venderla y poder comprarte otra”, comentó quien constantemente está con el tema números y bancos, con lo cual información no suele faltarle.
La actualidad parece sentenciar en en no gigante el hecho de pensar en poder financiarse
a través del sistema bancario, por eso marca que algunas personas pudieron hacerlo cuando las condiciones del país eran otras. “Los créditos, salvo el Procrear, pero no el de ahora que está imposible, sino el que hubo en la época del segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, donde la tasa de interés era muy baja, no hubo ningún otro en el que se pudiera llegar a la casa propia, salvo que ganaras muy bien”, analizó el profesional.
Por último, Marcenac expresó que “A los 40 años uno empieza a pensar la potencialidad y la posibilidad de dejarse de mudar. Hoy pensándolo desde otro lugar, en formar una familia junto a Jimena, la casa empieza a tomar forma y ser un plan en el cual estamos buscándolo, que de igual manera se hace imposible”, dijo quien comenzó a poner como prioritario esa felicidad que implica constituir las bases sólidas del hogar familiar.
“Para los jóvenes ya no es una prioridad”
Para quien ejerció muchos años la presidencia del Colegio de Martilleros de Necochea, pero que además es una persona que siempre supo ser cultor de amistades con personas más jóvenes, Oscar Pérez hizo un análisis de lo que él ve diciendo que “es un tema muy difícil y decir tener la verdad de los hechos más aún, porque hay parejas jóvenes que piensan en la familia, de tener su hogar en un futuro no muy lejano y hacen los esfuerzos que pueden para tratar de conseguir un lotecito para después poder construir o con la ayuda de hacer la casita propia o comprarse un departamentito, quizás con la ayuda de su familia. También existe un grupo muy importante entre los más de 20 y los 40 años donde tienen otras prioridades, y además definido cómo vivir la vida. En eso se conjugan dos factores muy importantes: Por un lado el de viajar, disfrutar y vivir, y por otro lado el hecho de no tener familia, que implicaría el hecho de no tener hijos y de tener algo en común. Por eso esa idea de ir a trabajar a otros lados o conocer otros lugares del Mundo, llámese Australia, Nueva Zelanda, Europa y no pensar en invertir en algo propio”.
Pérez quien en su momento fue concejal por la ACT, contó una anécdota que le tocó vivir: “Me ha pasado de escuchar, de alguna persona conocida de unos 50, 60 años, de ofrecerle al hijo la posibilidad de comprarle una casa, y que este le dijera que no, que disfrutara él esa plata, que no es la prioridad de ellos tener su techo. Esa moda es bastante evidente por éstas épocas”, resaltó Pérez y redondeó afirmando que “para los jóvenes ya no es una prioridad la propiedad, porque al no tener una acceso al crédito juega como desmotivación”.
Por eso y volviendo al punto inicial de sus expresiones, el martillero necochense de la zona de la playa, sostiene que “están bien marcadas las dos vertientes: Los que piensan disfrutar la vida sin tener en cuenta la casa propia, y los que quieren tener su hogar sin tener que alquilar nunca más”.///
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