El prestigio regional del Museo Gesué Pedro Noseda
Cumplió ayer 62 años y realizó la reinauguración de su sala de exposiciones con fósiles de los animales que poblaban la zona durante el Pleistoceno
Ayer el Museo de Ciencias Naturales “Gesué Pedro Noseda” inauguró una muestra denominada “Lobería, tierra de gliptodontes” como parte de los festejos del 62º aniversario de la creación de la institución y como parte de las actividades del Día Internacional de los Museos.
La actividad también marcó la reinauguración del sector del museo dedicado a esos animales prehistóricos que habitaron la región.
Carlos Quintana, técnico en Gestión Cultural de la Universidad de Mar del Plata, integrante del Laboratorio de Arqueología de esa casa de estudios y director de la Escuela Sudeste de Guías Naturalistas, encabezó este proyecto.
Beatriz Baglivo, que hace 25 años trabaja en el museo y se desempeña como secretaria del Club de Pesca de Lobería, señaló que esta muestra y reinauguración apunta a la “modernización y actualización de la exposición de gliptodontes”.
Y dijo que ello “redundará en un mejor servicio cultural y educativo y mayor afluencia de visitantes, los cuales serán atraídos a otras áreas del conocimiento del museo”.
Baglivo señaló que la institución se puso como objetivo “generar una reafirmación identitaria en la sociedad de Lobería, en función de la alta estima que tiene por su pasado prehistórico y su museo. La interacción interinstitucional aportará a la integración regional, mientras que la virtualización de la exposición proyectará al museo hacia nuevos públicos”.
Desde sus orígenes
El vínculo entre la comunidad y la institución al que hace referencia Baglivo es histórico. En 1959 un grupo de pescadores aficionados que integraban la comisión directiva del Club de Pesca de Lobería halló y extrajo un caparazón de gliptodonte. Entre aquellos hombres se encontraba Gesué Pedro Noseda, un comerciante bohemio que había participado de la formación de otras entidades loberenses y que fue quien propuso la formación de un museo.
Pronto Noseda contagió su pasión por la naturaleza a los socios del club, que apoyaron sus expediciones por el distrito y su iniciativa de colmar las vitrinas del humilde museo con la flora y fauna de la región.
Las expediciones de Noseda por las sierras, el río y los arroyos lo llegaron a descubrir en la década de los 60 dos de los reservorios arqueológicos más antiguos del país: los de los cerros “La China” y “El Sombrero” y también los de “Zanjón Seco” y “Paso de Otero”.
Los hallazgos de Noseda atrajeron a científicos de todo el país y del extranjero y convirtieron al museo del Club de Pesca en una respetada institución a nivel nacional.
Las investigaciones realizadas en el museo por estudiantes de distintas universidades, también permitió forjar lazos con las casas de altos estudios que se mantienen hasta hoy.
Prestigio institucional
A pesar de la humildad de sus orígenes, el museo se convirtió en una institución de referencia a nivel regional. La exposición de gliptodontes de la institución es una de las más destacadas de la región Pampeana por contener ejemplares casi completos de todas las especies de los últimos 30.000 años.
“Los mismos, además, se configuran como un motivo de orgullo y diacrítico de identidad cultural local en tanto que esa colección fue formada por la participación de nuestros vecinos desde fines de la década del 50´ dando origen a la fundación del Museo en 1960”, dijo Baglivo.
“Estos ejemplares, fueron objeto de numerosos estudios de paleontólogos de universidades nacionales, los cuales generaron un profundo y novedoso cuerpo de conocimiento académico, particularmente durante los últimos 30 años”, agregó.
Señaló que “el museo cuenta con una vasta trayectoria de descubrimiento y recuperación de corazas a partir de 1959, cuando se descubrió en las barrancas del río Quequén la primera coraza, que pasó a ser la pieza fundacional del museo el 21 de mayo de 1960”.
La muestra es el primer evento que organiza el museo tras la vuelta a la normalidad. Para ello se han realizado algunas refacciones en el edificio, en especial la iluminación de la sala de gliptodontes.
Esto también permitirá optimizar la gran labor educacional que realiza el museo. A fin de mes ya comenzarán con las visitas guiadas de grupos escolares. También se han recibido invitaciones para llevar talleres a las escuelas.
“El taller sale a la comunidad nuevamente, así que estamos muy contentos”, dijo Baglivo.///