El largo camino hacia la palabra
Dedicó la mayor parte de su vida a la docencia, pero también fue jefa de noticias de la principal radio de la ciudad y allí descubrió lo que más le gusta hacer: escribir
Josefina no imaginó, cuando aprendió a leer y escribir en la Escuela Primaria Nº 35 de La Magnolia, que algún día publicaría un libro y que el oficio de las letras se convertiría con el tiempo en una de sus más grandes pasiones.
En aquella escuelita, que se formó por iniciativa de varios vecinos de la zona rural de La Dulce, entre ellos el padre de Josefina, ella hizo “las primeras letras”.
Por eso, ayer, para Josefina Montes de Oca Elgue fue un día muy especial, porque pudo presentar en la Fundación Cultural La Dulce el libro que publicó el año pasado: “Pasiones”.
El libro recopila poesías que ella escribió durante años y que finalmente publicó en 2017.
Esos textos reflejan la pasión por la palabra que a lo largo de toda su vida Josefina fue forjando a su manera, casi en paralelo con una carrera docente que se desarrolló íntegramente en el área de la educación especial.
Hacia la vocación
Si bien el padre de Josefina fue uno de los impulsores de la Escuela 35 e incluso presidió la asociación cooperadora del colegio, él quería más para sus hijas, por lo que decidió enviarlas a Lobería.
Allá fue Josefina como pupila, junto a su hermana melliza, al que hoy se denomina Colegio Parroquial. Pero la distancia era dolorosa para la familia, por lo que los Montes de Oca no tardaron en radicarse en Necochea.
Aquí Josefina y su hermana terminaron sus estudios secundarios en el Instituto Nuestra Señora del Rosario.
Ella quería estudiar Agronomía, en La Plata, pero la familia se resistía, por lo que ambas hermanas se fueron a Bolívar y allí cursaron como extensionistas del INTA.
Ya de regreso en Necochea, Josefina no tardó en ser convocada para trabajar en educación especial. El título de extensionista la habilitaba para realizar talleres de huerta y granja.
Así fue como inició su carrera docente en la Escuela Especial Nº 501 de nuestra ciudad y a lo largo de varios años realizó diferentes capacitaciones que le permitieron desempeñar una extensa labor en el área.
Enseñó en la 501, en la 502 y estuvo 28 años en 503 de Quequén, donde finalmente se retiró.
La palabra
Pero mientras la docencia fue una parte muy importante de su vida, sin dudas la radio fue fundamental.
Era aún muy joven, recién comenzaba su labor en la Escuela 501, cuando una prima vinculada a Radio Necochea le dijo que en esa emisora se necesitaba gente para trabajar en la redacción.
En un principio Josefina se resistió, pero luego decidió coordinar sus horarios y probar. “Allí aprendí todo”, dijo. Entró como redactora y llegó a jefa del informativo.
Eran los años de Coco Lanza, Florian Navarro y otros grandes de la radiofonía local, cuando aún no existía la FM y la emisora tenía oyentes en todo el Sudeste de la provincia de Buenos Aires.
La redacción de noticias fue tal vez la chispa que encendió la pasión por la escritura. Josefina redactaba desde los micros informativos hasta los panoramas de noticias de media hora. Tenía a su cargo corresponsales y por su escritorio pasaba toda la información que luego, a través del aire, llegaba a los oyentes.
No tardaron en sugerirle que lo mejor para su carrera era irse a Buenos Aires, pero ella no quiso. Hoy se arrepiente de esa decisión, pero en su momento le permitió seguir con su labor docente y también formar aquí una familia.
Años más tarde, la radio comenzó a exigirle cada vez más y los directivos le pedían que estuviera “todo el día adentro de la emisora”, por lo que ella debió dejar su querido trabajo.
La pasión
Desde hace poco más de una década Josefina comenzó a dedicar cada vez más tiempo a escribir. Fue así como participó en certámenes y tomó parte en algunas antologías.
La escritura empezó a llenar su vida y, al finalizar su carrera docente, tuvo tiempo para convertir esa pasión prácticamente en una profesión.
La primera oportunidad de “escribir en serio” surgió cuando una amiga le propuso redactar una serie de historias reales sobre niños con una alteración genética congénita del metabolismo denominada PKU. El libro, que fue presentado en 2015 en la Facultad de Bioquímica de la UBA, se denominó “Historias con PKU” y hoy circula por el mundo como un volumen de referencia sobre el tema.
Tras aquella experiencia, Josefina decidió recopilar manuscritos y borradores y dar a conocer un libro propio. Se denominó “Pasiones” y es una compilación de las mejores poesías que escribió durante años.
“Se llama pasiones, porque soy apasionada en todo lo que hago. Si no te apasionás por algo, no lo hacés bien. No le ponés garra, no le ponés la sangre”, afirmó Josefina, que escribe de esa forma.
La presentación en La Dulce de “Pasiones” es como una bocanada de aire, como un empujón para seguir adelante y pensar en dar a conocer otros textos: cuentos, relatos y alguna ficción basada en historias reales. En otras palabras, hacer lo que más le gusta: seguir escribiendo.
Historias
Josefina tiene una hija y tres nietos y además de la escritura, dedica parte de su tiempo a colaborar con la Asociación de Amigos del Museo y Archivo Histórico de Necochea.
Hace años presidió una comisión similar, pero luego se alejó y retomó hace un año como integrante de esta nueva asociación que busca difundir el patrimonio histórico de la ciudad.
Hay en ello una motivación especial, ya que algunos objetos de la colección del museo local están vinculados a su familia.