La vuelta a clases ¿Un ordenamiento familiar?
Marzo para muchas familias suele ser caótico, no solo por todo el equipamiento a comprar para que los chicos comiencen las clases, sino que además conlleva adaptarse nuevamente a los horarios rígidos de la entrada y salida de la escuela.
¿Caos o volver al orden? Porque va pasando el verano, muchos empiezan a planificar lo que se viene por delante, con estación de partida en marzo de ese tren que recorrerá todo el año, con excepción de una parada de 15 días en el receso invernal. La vuelta a clases para algunas familias comprende ese hecho de volver a la rutina y para otros el caos de volver a estructurarse, de tener finamente acomodado todo, con días asignados para cada cosa y horarios cronometrados, para ir de un lado al otro, con una logística perfecta, teniendo en cuenta variables como volumen de tránsito, calles a tomar y hasta lugares comerciales por donde pasar, porque a veces los hijos salen del colegio y no tienen tiempo ni para merendar, por ejemplo.
Una cuestión que debemos preguntarnos es ¿Por qué a las actividades recreativas, fuera de las que son una obligación, las terminamos transformando en parte de éstas últimas? Lo terminamos transformando en algo rígido sin darnos, ni darles a otros, esos tiempos para que podamos disfrutar de un deporte, de ir a un taller de pintura, aprender un instrumento o un idioma, o conectarnos con nosotros mismos a través de la meditación. Quizás sea esa calesita a la que muchas veces tenemos ganas de bajarnos.
Claro que en todo esto hay un factor que hace su juego y del que muchos no quieren soltar: El verano, esa estación del año tan esperada para los que vivimos con mar, que permite disfrutar de un descanso y relajarse, a tal punto que se suele decir: “No hay horarios para cenar”.
“El orden mental garantiza aprendizajes seguros”
Jesica Arce, es psicopedagoga, consejera escolar y madre de dos hijos, volver a este tipo de rutinas no le disgusta, al contrario, la disfruta. “La vuelta a clases siempre me encuentra con entusiasmo porque en primer lugar mis hijos se reencuentran con todos sus compañeros y compañeras, y en segundo lugar porque estarán rodeados de aprendizajes y desafíos”, y yendo al tema específico sí volver al colegio se ubica en el centro de la organización familiar, la actual legisladora afirma que “por supuesto que además la escuela ordena las dinámicas familiares, de horarios y rutinas, pero también se disfruta el tiempo de verlos descansar”.
Quien fuera directora de educación municipal, tiene una mirada crítica sobre la materia al opinar que “como educadora apuesto siempre a la educación y soy crítica que es necesaria volver a mirar los diseños curriculares, para que esos desafíos que debemos presentarles a los alumnos sean acordes a sus intereses y a los avances que se viven en la sociedad”.
Por último, Arce se define como una persona estructurada, por eso confiesa que “me gusta el orden, y el orden diario es orden mental, que garantiza aprendizajes seguros”.///
“Intentar disfrutar de las corridas y que nos afecte lo menos posible”
El caso de Laura Cerdá es de las mamás que un poco están de los dos lados del mostrador como se dice habitualmente además de ser mamá es directora del instituto de gimnasia deportiva “Actitud Acro”. Ella opina que “la estructura y la rutina son buenas para enmarcar un orden en la vida familiar. Pero es cierto que cuando venimos de un verano donde las estructuras no son lo que más predominan (en el caso de los chicos, porque en general los adultos seguimos trabajando), volver al ruedo cuesta bastante”.
Más allá de los grandes, los que más lo sufren, según su análisis suelen ser los más pequeños, ya que pasan a cuestiones más rígidas.
Quien tiene su lugar de trabajo en calle 61, entre calles 44 y 46, en las excanchas de paddle de Rivadavia dejó una reflexión interesante. “Creo que se trata de intentar disfrutar de las cosas que elegimos. La realidad es que ir de un lado al otro con las actividades extraprogramáticas, es una elección familiar. Así que la clave me parece está en pasarla bien, con esas corridas y que nos afecten lo menos posible en la vida diaria”.
“El horario del invierno es el que nos organiza”
Alguien que percibe lo que sucede con este tema es Marcelo “Yuri” Quaglia, quien desde hace años tiene su gimnasio - natatorio y allí conviven varias familias, por eso el entrenador de grandes nadadores necochenses dijo que “yo creo que el invierno es una manera de organizar la familia, los horarios en función de los chicos. Hay muchos que quieren hacer de todo, en cambio otros que son un poquito más relajados. Existen de los dos y se puede hacer todo estructurado, pero también se puede hacer todo estructurado relajado”.
Para “Yuri” la estación del año influye muchísimo, por eso que para el entrenador olímpico de natación, “los horarios de los chicos en el invierno, del deporte, de idioma y la doble escolaridad nos organizan a los que somos papás, con el resto de las actividades, por eso es que ocupamos esos huecos para mover el cuerpo, acercarnos a la cultura o algo que podamos disfrutar”.
“Depende de cada familia, de las posibilidades económicas”
Es cierto que muchas veces damos por hecho un montón de cosas, como que todos pueden acceder a realizar actividades extras al colegio, de cualquier índole, sin contar lo económico, cuando claramente, y más en estos tiempos, importa bastante. Agostina Jáuregui, psicóloga, da su visión, pero sin hacerlo de manera general, ya que en cada seno familiar hay una realidad distinta. “Depende mucho de la situación particular o subjetiva de las familias.Hay familias que cuando los chicos finalizan el colegio los desorganiza, porque ya tienen como una estructura armada de trabajo, de tiempos y generalmente son quienes por ahí llevan a sus hijos a la colonia. Y después cuando arranca el colegio es una organización para ellos, ya que de hecho por ahí buscan colegios que sean doble jornada u horario extendido hasta las 3:30 o 4:00 de la tarde”.
Pero no todos pueden acceder a esas alternativas, entonces el estado ha creado hace un tiempo, con diferentes fines, los Centros Educativos Complementarios que funcionan a contra turno del colegio. “El inicio de clases los desorganiza en cuanto por ahí a gastos económicos o de tiempos, como dije anteriormente, depende mucho de la situación económica, agregando además sí tienen sostén familiar para poder cuidar a los chicos”, expresó Agostina. Por eso reafirmando el tema que lo económico juega un papel fundamental, la integran del CPA argumentó que “el inicio de clases es una organización, por eso que luego del período de clases, los que no pueden acceder a oportunidades recreativas privadas recurren al CEC o a las escuelas de verano, para poder tratar de continuar con la misma organización”.
Conclusión
El inicio de clases no solo reorganiza los horarios familiares, sino que también influye significativamente en el trabajo y el sostén económico de la familia. Esta transición impacta en la dinámica diaria, ya que los padres deben equilibrar las demandas laborales con las responsabilidades escolares y familiares.
En primer lugar, el regreso a la rutina escolar implica madrugar para preparar a los niños y asegurarse de que estén listos para el día escolar. La coordinación de horarios se convierte en un desafío. Los padres deben sincronizar sus tiempos de trabajo, actividades deportivas y recreativas, con los horarios escolares y las actividades extracurriculares de los hijos.
Sin dudas que esto requiere una comunicación fluida y una planificación para garantizar que todos los objetivos se cumplan, sin afectar el rendimiento escolar de los hijos, ni que tampoco esto haga descuidar las responsabilidades laborales que tienen los padres.
En términos económicos, el inicio de clases también a veces termina siendo una carga para las familias. Los gastos relacionados con la compra de útiles escolares, guardapolvos o uniformes, libros y actividades extracurriculares que pueden impactar en el presupuesto familiar. En muchos hogares, este período implica ajustar el manejo de los números y priorizar gastos esenciales.
Tan importante resulta esto que influyen en la actividad laboral de los padres, ya que muchos deciden en función de los horarios de sus hijos, pero además por las necesidades educativas de ellos, realizando grandes esfuerzos para mandarlos a colegios privados o actividades fuera del horario escolar.
En conclusión, el inicio de clases no solo reorganiza los tiempos familiares, sino que también tiene un impacto significativo en el equilibrio entre el trabajo y el sostén económico. La buena comunicación y la planificación estratégica, resultan claves para lograr mantener un ambiente familiar armonioso en medio de estas demandas concurrentes y no que se termine originando un caos.///
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