El día más vertiginoso
A fines de marzo de 1963 se corrió la Vuelta de Necochea y los hermanos Emiliozzi lograron superar por primera vez en el Turismo Carretera la barrera de los 200 kilómetros por hora de promedio
En los últimos días de marzo de 1963, un ensordecedor ruido de motores aceleró los corazones de los necochenses. Cuarenta y un pilotos se preparaban para largar la IV Vuelta de Necochea de Turismo Carretera. Pero no se trataba de una carrera más, todo indicaba que durante esa prueba se iba a superar la barrera de los 200 kilómetros por hora de promedio.
Según los especialistas, el piloto local Armando J. Ríos y los "Gringos" Emiliozzi, tenían los autos más veloces y eran los candidatos para imponer el nuevo récord. El quequenense había impuesto la marca de 194,861 kilómetros por hora en la décima vuelta de la carrera de Tres Arroyos.
Aunque el récord de velocidad lo tenía hasta ese momento Angel Rosel Meunier, con 198,134 kilómetros, logrado un año antes, también en nuestra ciudad.
La previa
El 17 de julio de 1960, la primera competencia del Necochea Automóvil Club marcó un hito. El ganador, Juan Carlos Navone, con Ford, estableció la mejor marca de velocidad horaria en la historia del automovilismo argentino categoría turismo de carretera, con 189,128 kilómetros por hora de promedio.
De esta manera, batió el récord que ostentaba Oscar Alfredo Gálvez, al ganar la Vuelta de Tres Arroyos a un promedio de 185,377 kilómetros por hora.
Al año siguiente, el 16 de abril de 1961, en la Segunda Vuelta de Necochea, Navone impuso un nuevo récord de 192,339 kilómetros por hora. Poco después, en la carrera de Tres Arroyos, Armando J. Ríos estableció una nueva marca, con 194,861 kms. por hora.
Pero al año siguiente, el 29 de abril de 1962, una vez más en la vuelta organizada por el Necochea Automóvil Club, Angel Meunier, con Chevrolet, subió la marca hasta el límite: 198,134 kilómetros por hora.
La edición de Ecos Diarios del 31 de marzo de 1963, daba cuenta del optimismo de pilotos y aficionados sobre la posibilidad de romper la marca de Meunier y superar la barrera de los 200 kilómetros.
"Es que las máquinas han evolucionado tanto por obra y gracia de nuestros formidables mecánicos, que todo puede esperarse de esos coches que la industria norteamericana creó para el desarrollo de velocidades mucho menores, sin pensar siquiera que los criollos los 'retocarían' tanto que el con el transcurso de los años alcanzarían marcas de velocidades reservadas solamente para las máquinas especiales o los coches sport", escribía el cronista.
Además de la posibilidad de inscribir una nueva página en la historia de la categoría, había 710.000 pesos en premios a repartir entre los primeros puestos, que impulsaban a los corredores a romper la barrera de los 200 kilómetros por hora de promedio.
Según los especialistas, el piloto local Armando J. Ríos y los "Gringos" Emiliozzi, tenían los autos más veloces y eran los candidatos para imponer el nuevo récord. El quequenense había impuesto la marca de 194,861 kilómetros por hora en la décima vuelta de la carrera de Tres Arroyos.
"Ríos y Emiliozzi son, al decir de los entendidos, los hombres que conducen los coches más veloces del país", según un artículo publicado el 29 de marzo en Ecos Diarios. Acompañaba la nota una fotografía del "Chivo" de Ríos, que tenía el número 2 en el capó.
El día de la carrera
Ese día, en dependencias del Automóvil Club Argentino, donde tenía su sede el Necochea Automóvil Club, quedaba establecido el orden de largada de la vuelta.
Largaría primero Dante Emiliozzi, luego Armando J. Ríos, Santiago Saigós, Angel Meunier, Carlos Menditeguy, Carlos Pairetti, Norberto Palagani, José Morán, Eduardo Casa, Félix Marbellini, Segundo Taraborelli, Carmelo Galpato Antonio Tempone y Juan Manuel Bordeu.
El ganador se llevaría el premio Maquinarias Ardanaz, en homenaje al inolvidable Juan Gálvez, nueve veces campeón de Turismo Carretera, fallecido durante la Vuelta de Olavarría.
También estaba en juego la Copa de Oro Armando O. Baccino, que quedaría en poder de quien superara los 200 kilómetros por hora.
El circuito tenía 368,700 kilómetros. Los pilotos debían partir desde Necochea hacia Tres Arroyos, de allí a Benito Juárez y luego regresar a nuestra ciudad.
De los 41 inscriptos, sólo largaron 28 coches: 14 Ford y 14 Chevrolet. De ellos, 13 abandonaron en la primera vuelta y otros 6 en la segunda.
Pero el Ford de Dante y Torcuato Emiliozzi logró la hazaña: a 203,526 kilómetros de promedio los "Gringos" pudieron dar la vuelta en menos de tres horas.
Los hermanos, que eran campeones de Turismo Carretera de 1962, sumaban así su tercera victoria del año 63, luego de las de Olavarría y Pergamino.///
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